Un estudio hecho en los países nórdicos , demostró que las personas que invierten en bolsa no son los que más dinero tienen, sino lo más inteligentes.

"Por extraño y paradójico que le parezca: La renta variable es el activo-a largo plazo-más rentable y menos arriesgado".Francisco García Paramés

La clave en el mundo de las inversiones está en la PACIENCIA, como decía un inversor value "Más vale hacerse rico despacio que pobre rápidamente" .

Todo llega para quien sabe esperar.Nunca te des por vencido, las grandes cosas llevan tiempo.

‎ "Yo me fío más de cómo maneja la economía una familia que se juega el pan o un empresario, que se juega la ruina, que un grupo de señores que, cuando quiebran un país, se van a su casa, reciben seis cargos públicos o privados y se dedican a dar discursos."Daniel Lacalle

Los seres humanos observan que hoy en día las carreteras, los hospitales, las escuelas, el orden público, etc. etc., son proporcionados en gran (sino en exclusiva) medida por el estado, y como son muy necesarios, concluyen sin más análisis que el estado es también imprescindible. No se dan cuenta de que los recursos citados pueden producirse con mucha más calidad y de forma más eficiente, barata, y conforme con las cambiantes y variadas necesidades de cada persona, a travésdel orden espontáneo del mercado, la creatividad empresarial y la propiedad privada.Jesús Huerta de Soto

Comprar cuando la bolsa baja y vender cuando sube es difícil porque va en contra de la naturaleza humana: en los últimos 3.000 años, cuando el vecino de al lado salía corriendo o gritaba "fuego", ha resultado rentable salir corriendo también. De ahí que cuando la bolsa sube nos dan ganas de comprar, y cuando baja nos dan ganas de vender, por una simple cuestión de biología.

¿Pero es que no os dais cuenta que todas las injusticias y toda la corrupción proviene de lo "publico"?‏



miércoles, 25 de enero de 2012

Si su bisabuelo hubiera invertido en bolsa en 1900...

La bolsa siempre gana.  A muy largo plazo, por supuesto. Este es el principal resumen del informe anual que Credit Suisse realiza sobre la evolución de la renta variable, los bonos del Tesoro y los depósitos desde 1900 hasta la actualidad.
Esto ha ocurrido así en los diecinueve países seleccionados, independientemente de guerras, depresiones y dictadurasUna vez descontada la inflaciónsi hubieran llegado a sus manos 1.000 dólares invertidos en 1900 en un índice mundial de bolsas, hoy tendría 375.000 dólares.
Si la inversión la hubiera hecho en bonos del Tesoro, tendría 6.100 dólares. ¿Y en depósitos? 2.900 dólares. El periodo en que sale peor parada la inversión en renta variable respecto a los bonos va de 2001 a 2010, que se mantuvo en 2011. Aunque el informe no alcanza a contarlo, en 2011 la inversión en el T-Bond estadounidense a 10 años obtuvo una rentabilidad del 30% (la rentabilidad se comporta de forma inversa al precio).
El informe confirma que el peso del mundo anglosajón en las bolsas no ha cambiado en 110 años. Estados Unidos y el Reino Unido representaban la mitad del mercado de renta variable en 1900. Igual que ahora. Simplemente, el peso ha variado a favor de los americanos. España, que no aparecía en 1900, es hoy la decimoquinta bolsa del mundo en capitalización. Japón y las potencias europeas se mantienen entre los principales mercados y en 2010 confirman su presencia como plazas fuertes Canadá y Australia. Este país y Suráfrica (ver gráfico) son los dos que mejores rentabilidades han ofrecido a los inversores. En ambos casos, las empresas mineras representan alrededor de una cuarta parte de sus bolsas.
A finales de los setenta, España era uno de los países con uno de los peores comportamientos bursátiles de la historia. La consolidación de la democracia originó una edad dorada de las inversiones en bolsa que han permitido que un supuesto euro invertido en 1900 hoy valiera 48,7, con una rentabilidad anual del 3,6%.
En 1980 tenía un valor de 2,47. Teniendo en cuenta la inflación, el euro de 1900 valdría hoy 26.297.  Comparado con la evolución de la renta variable, los bonos del Tesoro se han multiplicado por 4,1 y la rentabilidad que ofrecen los depósitos un 1,5.
Tras las dos caídas sufridas en 2010 (-17,43%) y 2011 (-13,11%), los inversores del siglo XXI tienen razones  para mirar con escepticismo la historia. Un euro invertido en bolsa española el 2 de enero de 2000 valdría en la actualidad 0,73 céntimos. La década no ha sido para recordar. Pero, si tenemos en cuenta qué ha ocurrido con la evolución del Ibex 35 desde su inicio el 14 de enero de 1992, los resultados son otros. La rentabilidad nominal ha aumentado  un 215%, que tras descontar el 83,1%  de inflación acumulada hasta diciembre de 2011, se queda en un 131,9%. Sólo la inversión en vivienda, incluyendo la corrección de estos últimos años, supera la revalorización de las acciones. El ladrillo sigue vivo.
¿Quiere esto decir algo para el futuro? A aquellos inversores que van a dormir pensando en cuánto han caído sus valores ese día habría que entrenarles a ser más pacientes. Si el sistema aprende a corregirse tras estos años de toboganes -esta es la esencia del capitalismo- y las personas, empresas y los gobiernos creemos y apostamos por un progreso sostenible y civilizado de nuestro planeta, las inversiones en bolsa mantendrán una tendencia siempre alcista a diez, veinte y treinta años vista. Naturalmente, la edad y situación económica del inversor cuenta lo suficiente para que pueda ser flexible y haga los deberes para que una mala racha, como la que estamos viviendo desde el año 2000, no le haga más daño.
Vivimos un periodo donde se pone en tela de juicio hasta la inversión más segura, lo que ha quedado demostrado al pagarse intereses negativos por los bonos alemanes. El miedo a no perder atenaza a pequeños ahorradores y grandes patrimonios. Pero no hemos vivido situaciones como los cierres  bancarios de Estados Unidos de 1932 y 1933 ni las economías occidentales caerán un 10%. Aunque muchos piensen que la bolsa es lo más parecido a un casino, a largo plazo no es así.

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