Un estudio hecho en los países nórdicos , demostró que las personas que invierten en bolsa no son los que más dinero tienen, sino lo más inteligentes.

"Por extraño y paradójico que le parezca: La renta variable es el activo-a largo plazo-más rentable y menos arriesgado".Francisco García Paramés

La clave en el mundo de las inversiones está en la PACIENCIA, como decía un inversor value "Más vale hacerse rico despacio que pobre rápidamente" .

Todo llega para quien sabe esperar.Nunca te des por vencido, las grandes cosas llevan tiempo.

‎ "Yo me fío más de cómo maneja la economía una familia que se juega el pan o un empresario, que se juega la ruina, que un grupo de señores que, cuando quiebran un país, se van a su casa, reciben seis cargos públicos o privados y se dedican a dar discursos."Daniel Lacalle

Los seres humanos observan que hoy en día las carreteras, los hospitales, las escuelas, el orden público, etc. etc., son proporcionados en gran (sino en exclusiva) medida por el estado, y como son muy necesarios, concluyen sin más análisis que el estado es también imprescindible. No se dan cuenta de que los recursos citados pueden producirse con mucha más calidad y de forma más eficiente, barata, y conforme con las cambiantes y variadas necesidades de cada persona, a travésdel orden espontáneo del mercado, la creatividad empresarial y la propiedad privada.Jesús Huerta de Soto

Comprar cuando la bolsa baja y vender cuando sube es difícil porque va en contra de la naturaleza humana: en los últimos 3.000 años, cuando el vecino de al lado salía corriendo o gritaba "fuego", ha resultado rentable salir corriendo también. De ahí que cuando la bolsa sube nos dan ganas de comprar, y cuando baja nos dan ganas de vender, por una simple cuestión de biología.

¿Pero es que no os dais cuenta que todas las injusticias y toda la corrupción proviene de lo "publico"?‏



miércoles, 30 de mayo de 2012

España sigue siendo uno de los países menos acogedores para los emprendedores.


España sigue siendo uno de los países menos acogedores para los emprendedores. Abrir una empresa sigue siendo algo casi heroico, especialmente si se compara con otros países con Nueva Zelanda, Australia o Canadá. Según el informe Doing Business 2012, que elabora cada año el Banco Mundial, España está en el puesto 44 del ránking, bastante bajo y muy alejado del que ocupan otros países de la UE como Dinamarca (5º), Reino Unido (7º) o Irlanda (10º). En cuanto los gastos y trámites que conlleva comenzar un negocio España se sitúa en el puesto ¡133! de 183 países. Así nos va.
DB12 Spanish

viernes, 25 de mayo de 2012

En defensa del Euro: un enfoque austriaco (Con una crítica a los errores del B.C.E. y al intervencionismo de Bruselas)

Vamos a comparar dos artículos de dos anarcocapitalistas, uno defendiendo al Euro ( Huerta de Soto) y otro en contra del Euro ( Jorge Valin).
Por Jesús Huerta de Soto
En defensa del Euro: un enfoque austriaco  (Con una crítica a los errores del B.C.E. y al intervencionismo ...

Contra el euro. Una perspectiva Austriaca por Jorge Valin , leer aquí

lunes, 21 de mayo de 2012

La inversión en valor y la economía austriaca

Diego E. Quijano Durán



"Where is the one that is lowest-priced in relation to what I believe it is worth?"
John Templeton


"Empresario es el individuo que actúa con la mira puesta en las mutaciones que las circunstancias del mercado registran"Ludwig von Mises


El método de inversión en valor (value investing) y la escuela austriaca de economía son escuelas de pensamiento muy compatibles, por su visión similar del mundo, y complementarias, dado su enfoque distinto. Son compatibles porque ambas consideran que no se puede predecir en el mundo económico, y que lo más que se puede hacer es identificar los patrones y características que tienden a provocar los resultados buscados. Son complementarias porque la primera tiene como objetivo final generar ganancias al inversor ayudándolo a escoger las empresas en donde invertir, mientras que la segunda trata de comprender los fenómenos económicos y los procesos dentro de los cuales operan las empresas.

El método de la inversión en valor ofrece una serie de principios cuyo cumplimiento es indispensable para decidir invertir en una empresa, y la escuela austriaca de economía permite comprender el papel del empresario, así como los ciclos económicos y su impacto en los distintos sectores de la economía. Veamos cada una en más detalle.

La inversión en valor se rige por dos principios fundamentales: 1) sólo se debe comprar barato; es decir, no importa lo buena que sea una empresa: sería una pésima idea comprar acciones de ella si están caras; 2) las empresas objeto de consideración deben ser concienzudamente analizadas para verificar si históricamente han tenido buenos resultados y determinar si tienen la capacidad de mantener esa competitividad.

La inversión ideal incorpora estos dos factores. El precio barato ofrece un margen de seguridad, y conocer bien las empresas permite escoger a aquellas que probablemente serán capaces de aguantar el tipo durante una recesión y salir adelante sin causar pérdidas irreversibles a sus inversores. Por supuesto, pueden darse errores de estimación, pero el enfoque del margen de seguridad permite que el inversor evite las empresas caras, cuyo valor podría caer, aunque su situación financiera se mantuviese igual, solo porque las perspectivas de crecimiento no se cumplieron. En pocas palabras, cuida de que el inversor no se olvide del precio al que compra. A su vez, suponiendo que las estimaciones han sido bien hechas, el precio barato augura que, si sigue siendo exitosa y creciendo de manera sostenida, el mercado terminará por reconocer su valor y la acción subirá sustancialmente de precio.

Naturalmente, surge la pregunta: ¿cómo identificar que algo está barato? Hay dos respuestas. La primera y más sencilla, pero menos común, pasa por encontrar una empresa que tenga activos cuyo valor esté siendo subestimado. Imaginemos una compañía sana cuya capitalización de mercado fuera de 1.000.000 de euros, que apenas tuviera deuda y que poseyera 2.000.000 de euros en efectivo. Si la citada compañía tuviese un millón de acciones y los títulos cotizaran a 1 euro, ello implicaría que por cada acción que se comprase... ¡se consiguiesen 2 euros! Es un ejemplo exagerado, pero situaciones más o menos similares no son inusuales. Esto es lo que pudiera denominarse el análisis estático, ya que no se interesa mucho de las expectativas a futuro. La inversión es buena porque, aunque la empresa quiebre, el inversor está muy protegido (aun así, probablemente le toque esperar bastante hasta que en el mercado el resto de los agentes reconozca el valor que hay en esa acción, que cuesta 1 euro pero tiene 2).

La segunda respuesta se encuentra en el rendimiento de la inversión. Imaginemos que podemos colocar 1.000 euros en un plazo fijo de un año con una tasa de interés del 5%. Al cabo de un año tendremos 1.050 euros. Ahora supongamos que esos 1.000 euros los podemos colocar en una empresa que nos podría rendir un 17% al año. Al cabo del año, la empresa ha convertido esos 1.000 euros en 1.170. Desde el punto de vista de la rentabilidad, es mejor colocar el dinero en la empresa, pero esto no es lo único que nos debe interesar. Para proceder, combinemos ambos ejemplos.

Pensemos en una empresa que casi no tiene deuda, con una capitalización de mercado de 1.000.000 de euros, una ganancia de 100.000 euros anuales (rentabilidad del 10%) y 250.000 euros en efectivo. Si las mil acciones de esa empresa se vendieran a 1.000 euros cada una (lo que daría un beneficio por acción de 100 euros), el inversor debería percatarse de que, con los 250 euros en efectivo que hay por cada acción, la empresa es capaz de generar 100 euros en ganancias sobre 750 euros de capital invertido, o sea, un 13,3% de rentabilidad (100 dividido entre 750).

Ahora supongamos que hay una segunda empresa, muy similar, cuya acción se encuentra en 2.000 euros. La empresa tiene mil acciones, lo que da una capitalización de mercado de 2.000.000 de euros. Gana unos 150.000 (150 por acción), lo que supone una rentabilidad de 7,5%, y tiene 350.000 euros en efectivo. Para entrar en la empresa se requiere invertir 2.000 euros, pero como hay 350 por acción en efectivo, en realidad el negocio está generando 150 euros de ganancia por cada 1.650, o una rentabilidad del 9,1% (150 dividido entre 1.650).

¿En qué empresa debe invertirse? A primera vista podía parecer que la segunda es una mejor inversión: un negocio igual de sano, más efectivo, un mayor beneficio neto y un mayor beneficio por acción. Pero el inversor en valor debe comprar la primera, porque la rentabilidad de la compañía es mayor; además de que el efectivo en ésta le da una protección mayor si las circunstancias se tornan sumamente adversas. Además, al precio actual, es la acción de la primera empresa la que ofrece más posibilidades de aumentar.

Suele decirse que invertir sólo en lo que el sector financiero llama renta variable es muy arriesgado. La realidad es que siguiendo este método se minimizan las posibilidades de pérdidas irreversibles porque se buscan protecciones y se amplifican las posibilidades de ganancia. Recordemos que las acciones representan la titularidad de los activos productivos de una empresa, por lo que se está invirtiendo en algo real siempre y cuando esté barato, evitando siempre las empresas que ya están razonablemente valoradas o sobrevaluadas.

Esto parece ser de sentido común, y sin embargo no es el método de inversión más popular. Las estrategias de inversión más frecuentes se basan en intentar predecir lo que hará el precio de una acción, y cuándo. Tanto el método de la inversión en valor como la escuela austriaca de economía consideran eso una actividad inútil. No es posible, científicamente, realizar predicciones de acontecimientos específicos (cuándo y cuánto) en el mundo económico. Lo más que se puede hacer es identificar patrones sobre la base de una serie de supuestos realistas. Por consiguiente, lo que sí se puede hacer es evaluar la trayectoria de una empresa, su situación presente y su capacidad para enfrentar las condiciones constantemente cambiantes y dinámicas del mercado. La predicción que se hace es respecto a la capacidad de la empresa de generar valor en el mercado atendiendo mejor que sus competidores las demandas de sus clientes y de mantener las ventajas competitivas, si es que las tuviese, y no sobre si en el próximo trimestre sus acciones subirán un 20%. Si se ha escogido correctamente, el éxito de la empresa traerá como resultado inevitable a largo plazo un alza sustancial y sostenido en el precio de la acción. Debe quedar claro que la decisión de inversión no se basa en el comportamiento histórico del precio de la acción, sino en la doble guía de comprar algo bueno sólo cuando está por debajo del precio que se estima razonable.

Esta es la parte dinámica del análisis, la más compleja y a la que toca dedicar la mayor parte del tiempo y el esfuerzo. Corresponde evaluar el desempeño histórico de la empresa, su equipo de administración, su estrategia de inversión de capital, su gestión financiera, sus competidores, las relaciones con sus clientes y proveedores, entre otros factores. Si tras realizar este análisis se considera que se ha encontrado una empresa que responde con agilidad y efectividad a las circunstancias variables del mercado –tanto en las operaciones del día a día como en la ejecución de estrategias a largo plazo–, y que cuenta con buenas ventajas competitivas y con un buen potencial para mantener estas capacidades, puede decirse que se ha encontrado una organización extraordinaria. Pero, nuevamente, la decisión de inversión no puede desligarse del precio de compra. Aun esta extraordinaria organización debe evitarse si su precio se encuentra por encima o cerca de lo que el inversor considera razonable porque no ofrece un margen de protección. Pero si se diera la circunstancia de poder invertir en una organización como ésta a un precio bajo, entonces el inversor puede esperar que al cabo de unos años –periodo durante el cual debe tener la paciencia y la disciplina emocional para ir contracorriente y aguantar los vaivenes del mercado– su capital invertido se multiplique.

El inversor en valor, cuando decide invertir en una empresa (o si está reevaluando una en la cual ya ha invertido), tiene que tener tal nivel de confianza en ella, que si la acción empieza a caer debe verlo como un motivo para la alegría, porque podría hacerse con una participación aún mayor en la misma. Recordemos: el inversor en valor sólo invierte pensando en el largo plazo. El precio de mañana poco importa, porque las circunstancias de una empresa no cambian de un día para otro. Por ello, si se ha seguido este método, no puede decirse que una caída en el precio de la acción signifique una pérdida para el inversor.

En el trasfondo de este análisis de cada empresa se encuentra la visión que provee la escuela austriaca de economía. Ambos enfoques coinciden en considerar que los fenómenos económicos son protagonizados por personas con libre albedrío, que no responden como autómatas, como pretende una ecuación matemática. No hay que olvidar el hecho de que las empresas son organizaciones creadas y gestionadas por personas que atienden a otras personas.

La economía analiza la manera en que los individuos se enfrentan a una realidad de recursos escasos. Se entiende que la acción de cada persona tiene un impacto sobre su entorno, y que por ello el actor está continuamente evaluando los cambios provocados por sus acciones y por las de los demás. Los individuos modificamos constantemente nuestras prioridades y nuestras percepciones sobre la utilidad de los medios disponibles. Esto es así porque cada uno es capaz de aprender del éxito y el error, o porque ha adquirido nuevos conocimientos, lo que posibilita actuar con mayor efectividad conforme se va ajustando el comportamiento.

El empresario surge en este contexto como alguien capaz de satisfacer con mayor eficiencia las necesidades de otras personas, logrando combinar mediante acuerdos voluntarios el trabajo, el ahorro del capitalista y los recursos naturales. Los empresarios (exitosos) hacen que el escaso capital sea invertido de la mejor manera posible; el mercado paulatinamente va eliminando a aquellos que lo hacen mal y recompensando a los que lo están haciendo bien. Aquí entra en juego el método de la inversión en valor, que busca identificar las empresas que mejor saben atender las demandas de sus clientes y que pueden mantener sus ventajas competitivas a un bajo precio.

La idea que hay que tener en mente es que no es el mayor riesgo lo que genera más ganancias, sino la capacidad de una empresa de ser eficiente en el uso de la mezcla de capital y trabajo para atender mejor que otros las demandas de los clientes o consumidores. De la misma manera, en lo relacionado con la inversión en valor no se trata de tomar más riesgos, sino de buscar empresas infravaloradas en el mercado que, tras un análisis detallado, ofrezcan un buen margen de seguridad y buenas posibilidades de revalorización.

Por último, cabe notar que la escuela austriaca de economía ha sido la única capaz de ofrecer un marco teórico que explique plenamente el proceso de gestación de la burbuja y la posterior e inevitable crisis financiera y económica. A los inversores en valor, la teoría austriaca les permitió alejarse muy temprano de los sectores financieros e inmobiliarios abocados al descalabro. Este es un claro ejemplo de la complementariedad entre ambas escuelas: una mejor comprensión de los fenómenos económicos permitió que los inversores evitaran ciertos sectores que parecían ofrecer enormes ganancias y cuyos riesgos parecían inexistentes para la mayoría en el mercado. Al hacerlo, los inversores tuvieron que hacer uso de dos cualidades imprescindibles: paciencia y disciplina emocional.


viernes, 11 de mayo de 2012

Entrevista a Francisco García Paramés

Titular:"Es una señal muy positiva que nadie quiera invertir en bolsa"



Conferencia de gestores de Morningstar en Madrid García Paramés: "Somos muy positivos sobre la economía mundial, sobre China y sobre los mercados. Después de 12 o 13 años, todo el mundo está desesperado con las acciones, y esto para nosotros es una señal muy positiva, es un punto excelente para invertir en buenas compañías". "El mundo va a crecer este año más de un 3%, no nos olvidemos. Los PIB combinados de Italia, España, Portugal y Grecia suponen sólo la mitad del PIB de China. 


García Paramés: "Todo el mundo está desesperado con la bolsa, es un buen momento para comprar acciones"



miércoles, 9 de mayo de 2012

Mercadona otro éxito empresarial

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Hoy me he propuesto dedicarle un primer artículo a la empresa que más admiro en este mundo, Mercadona. Esta cadena de supermercados atiende nuestras necesidades más básicas de alimentación, limpieza del hogar e higiene personal como ninguna otra. Dado que  vivo en Valencia he presenciado de primera mano la expansión y la modernización del negocio así como el cambio de estrategia comercial al apostar por las marcas blancas y dejar más de lado algunas de las marcas más reconocidas.  
Historia

En 1977, D. Francisco Roig Ballester  y Dª Trinidad Alfonso Mocholi inician la actividad de Mercadona dentro del grupo Cárnicas Roig. Con el paso del tiempo las carnicerías se transformaron en ultramarinos.

Fue en 1981, cuando Juan Roig, el actual presidente y accionista mayoritario de la compañía, junto con sus esposa Hortensia y sus hermanos Fernando, Trinidad y Amparo, compran Mercadona a su padre. En ese momento Juan Roig decide ponerse al frente de la compañía y empezar a operar Mercadona como empresa independiente. En aquel momento Mercadona no disponía de más de 10 tiendas.

En la primera década (1981-1991) bajo el mando de Juan Roig, Mercadona empieza a realizar  adquisiciones de distintos supermercados destancando los Supermercados Superette, que contaba con 22 tiendas en Valencia, Dinos y Super Aguilar así como la adquisición de un Centro de Distribución conocido como Cesta de Distribución y  Desarrollo de Centro Comerciales que le pemitió a la compañía posicionarse en Madrid.

Durante este tiempo, concretamente en 1990, Juan Roig y Hortensia deciden compra la mayoría de las acciones a sus hermanos convirtiéndose en accionistas mayoritarios de la empresa.

Dos años más tarde, en 1992, Mercadona ya cuenta con 150 tiendas y unos 10.000 trabajadores, es decir, en 11 años Mercadona cuenta con 15 veces más tiendas que en el momento de su compra o lo que es lo mismo abrió una media de casi 13 tiendas por año.

En 1993, Mercadona empieza la estrategia comercial de SPB (Siempre Precios Bajos) que más adelante se perfeccionaría con el actual Modelo de Calidad Total. Tres años más tarde, en 1996 Mercadona apuestas por sus propias marcas: Hacendado (alimentación), Bosque Verde (limipieza del hogar) y Deliplus y Compy (higiene personal).

A partir de entonces, Mercadona empieza un proceso de innovación y modernización donde apuesta por la creación y adquisición de centros logísticos por toda España así como por la modificación de la disposición de los pasillos de los supermercados (pasillos por temas) para mejorar la experiencia del cliente o “el Jefe”, como lo llama la compañía.

En 2008, Mercadona evoluciona en su estrategia yempieza a implantar el Modelo de Calidad Total que va dirigido a ofrecer los precios más bajos y, al mismo tiempo, ofrecer los productos de mayor calidad. En mi opinión, esta es la clave del éxito ya que anteriormente si bien los precios podían ser bajos, la gran calidad de los productos no era tan destacable.

A finales de 2011, Mercadona cuenta con 1356 supermercados de barrio y más de 70.000 trabajadores, todos ellos con contrato fijo.

Características de los supermercados

El sector de la alimentación se caracteriza por ser de carácter no cíclico ya que las personas no realizan sus compras en determinados meses sino que acuden diaria o semanalmente a su supermercado de confianza.

Los supermercados ofrecen productos con demanda inelástica ya que su negocio consiste en satisfacer las necesidades básicas. Las personas tiene que comer, ducharse y limpiar su hogar día a día lo que hace que el sector como conjunto pueda soportar la crisis mucho mejor que otros sectores. Esta inelasticidad hace que normalmente estas empresas puedan subir sus precios para reflejar la inflación sin que tenga muchas consecuencias.

Además, este sector se caracteriza por tener unos estrechos márgenes de beneficio ya que los consumidores disponen de un gran número de alternativas para realizar la compra que incluye además de los supermercados típicos, los grandes centros comerciales.

El crecimiento de los supermercados suele ser bastante moderado en lineas generales ya que es es un sector ya maduro. Los supermercados suelen crecer vía adquisiciones o abriendo nuevos establecimientos y mejorando la eficiencia en las tiendas que ya tenían abiertas en el pasado. La mejora de eficiencia en las tiendas que en inglés se conoce como “same store comps” es un aspecto muy importante para cualquier empresa de este sector si quiere triunfar en el futuro. Normalmente, las empresas no consiguen aumentar el crecimiento en tiendas constantes (crecimiento sin contar nuevos centros) a un ritmo muy elevado por eso cualquier crecimiento interanual mayor del 3% suele estar bien considerado.

En la mayoría de los casos, los supermercados suelen disfrutar de márgenes netos inferiores al 7% ya que los más inteligente es conseguir mayores beneficios vía rotación de las mercaderías. Esta medida de eficiencia es especialmente importante en los minoristas en general o “retailers” y es muy recomendable que observemos su tendencia cuando nos estemos fijando en los márgenes netos.

El margen bruto también es muy importante ya que indica el margen que le saca el supermercado a los productos que adquiere de sus proveedores. Las empresas que suelen realizar grandes descuentos para colocar más productos pueden estar teniendo problemas para colocar sus productos y esas estrategias dañan los márgenes brutos y, muy probablemente, se refleje en una disminución en los márgenes y beneficios netos. 

Dado que los supermercados cobran en el momento éstos no suelen tener problemas de liquidez y sus cashflows son entonces bastante predecibles. Esto permite que las empresas, si lo desean, puedan recurrir a la deuda para aumentar el retorno sobre el capital, puedan pagar dividendos sin exprimir mucho el payout ratio y puedan financiar el crecimiento de forma orgánica.

Dadas las características que acabamos de nombrar, los supermercados que cotizan en bolsa suelen caracterizarse como acciones defensivas por ser poco volátiles, ofrecer un dividendo moderado y  cotizar en un rango de P/E entre el 10-14 aproximadamente.

La ventaja competitiva de Mercadona

Mercadona, adaptándose o mejor dicho previendo lo que iba a suceder, Juan Roig y su equipo, tomaron una decisión que algunos creyeron muy arriesgada por entonces. Mercadona decidió ir retirando los productos de primeras marcas y los fue sustituyendo por productos de marca blanca de gran calidad (son más rentables para Mercadona vender productos  de marcas blancas que vender primeras marcas). Así empezó a implementar su estrategia SPB (Siempre Precios Bajos) y su modelo de Calidad total.

Es realmente admirable como Mercadona ha conseguido que la mayoría de la gente compre con el mismo gusto productos Hacendado que productos de las primeras marcas. Una parte importante de la buena marcha de la empresa es que Mercadona no ha renunciado a la calidad para ofrecer precios bajos ya que si así fuera el gran éxito obtenido no habría sido posible. 

El proceso eficiente

Centrándonos únicamente en la parte relacionada con los costes, Mercadona ha conseguido mejorar su eficiencia de muchísimas formas, las siguientes son sólo una muestra que podemos encontrar en el informe anual de 2010:
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Es realmente increíble  el punto hasta el que una empresa puede mejorar la eficiencia, reducir costes y trasladarlo en precios atractivos para el cliente. ¿Quién podría imaginar que Mercadona podría ahorrar 132.000€ eliminando el film que envuelve las bolsitas de infusiones? La estrategia de Mercadona y su perfecta ejecución supuso un ahorro superior a 700 Millones € lo que se tradujo en un ahorro del 4% en la cesta de la compra de los clientes.

Algunos piensan que las estrategias low-cost sólo pueden conseguirse vía explotación del personal o llevándose la fabricación a China y otros países pero Mercadona demuestra que esto no es así. Todos sabemos que en Mercadona se trabaja duro, es algo que Juan Roig pide al español para salir de la crisis, pero los empleados de Mercadona reciben mejores salarios que aquéllos en empresas comparables, hace partícipe a sus empleados de los beneficios de la empresa si se alcanzan los objetivos fijados, ofrece formación y promoción interna, destaca por sus contratos estables…

Por último, algo que me parece muy interesante es como Mercadona ha llegado a este punto sin gastar en publicidad. Mercadona ha conseguido que sean sus clientes satisfechos los que hayan hecho la publicidad por ella y  es que como bien dice su lema Mercadona es lo equivalente a ”Supermercados de confianza”.

Este ahorro de gastos de promoción al cabo de 20 años supone mucho dinero que Mercadona ha podido destinar a la innovación de productos y modernización de centros que han acabado beneficiando todavía más al cliente. Sin duda, el aumento constante de la productividad de Mercadona ha permitido al consumidor no notar tanto los efectos de la gran inflación de materias primas en la última década.

Economías de escala

Las economías de escala pueden definirse como el incremento en la eficiencia de producción a medida que se fabrican más unidades de bienes. Las empresas que consiguen economías de escala lo que consiguen es sacarle más rentabilidad a sus fábricas, maquinaria, transporte…conforme van creciendo.

El tamaño de Mercadona (más de 1.300 tiendas y 13% de cuota de mercado) le confiere un gran poder de negociación con sus proveedores que le permite comprar en cantidades mayores y por tanto a precios menores que sus competidores.

Otra de las ventajas consecuencia de los más de 1.300 supermercados es poder distribuir sus productos más económicamente ya que tienen una gran red de supermercados en zonas próximas lo que permite sacarle el máximo partido a la gasolina y al espacio en los camiones.

Su gran tamaño además también le permite amoldar a sus interproveedores a su forma de trabajar lo que mejora el proceso y lo hace más eficiente. Además, la empresa suele firmar contratos de larga duración con sus interproveedores lo que transmite confianza y una mayor predisposición de éstos para adaptarse a las necesidades de Mercadona.

Para acabar veamos un ejemplo muy simple en el que se ve cómo se reflejan las economías de escala en un producto, por ejemplo, el detergente.

Dadas la ventajas explicadas, supongamos que Mercadona puede adquirir el detergente a un precio unitario de 3€ mientras que la tienda del barrio consigue ese mismo producto por 5€. A Mercadona le cuesta 3€ llevar ese producto a sus tiendas y pagar los gastos generales, cuando a la tienda del barrio lo mismo le cuesta 4€. 

Mercadona puede vender ese producto por un precio a partir de 6€ mientras que la tienda del barrio tiene la barrera de los 9€. Mercadona puede decidir si vender el producto por un precio inferior a la tienda del barrio o  venderlo al mismo.

Normalmente, Mercadona venderá ese producto por un precio algo superior al coste pero no muy superior, como hemos dicho, los supermercados no destacan por tener grandes márgenes sino por tener pequeños márgenes y alta rotación del producto. En el caso de Mercadona, en 2011 el margen neto fue de un 3% sobre ventas lo que supuso unos beneficios de 474 Millones de €.

En conclusión, la estrategia low-cost es una gran estrategia en ocasiones. Para estudiar bien el tema de la eficiencia y ahorro de costes un gran referente es Mercadona, os recomiendo que leáis  sus informes anuales ya que se aprende mucho no, muchísimo.

En la segunda parte veremos como se comparan los números de Mercadona con empresas como Walmart o Tesco. Hasta entonces !

Fuente del artículo ferrerinvest

domingo, 6 de mayo de 2012

¿Cuáles son los efectos de subir el IVA?

 Así se oponía el PP a las subidas del IVA cuando las hacía el PSOE


El aumento del IVA deprime de manera desigual las ventas de las empresas más cercanas al consumo y promueve el cierre de aquellas explotaciones menos rentables.


El IVA es un impuesto que busca gravar el consumo, es decir, se trata de un impuesto que deberían soportar íntegramente los consumidores. Sin embargo, cuando de analizar el impacto económico de los impuestos se trata, de nada sirve acudir al texto legal, pues una característica esencial de los tributos es que pueden ser repercutidos: no los paga el que figura como sujeto pasivo, sino aquel otro al que el sujeto pasivo es capaz de trasladarle total o parcialmente la carga del impuesto. Es necesario, pues, ir más allá de lo evidente y estudiar cuáles son las consecuencias últimas del IVA.

Empecemos explicando grosso modo su funcionamiento: aunque el IVA lo paga el consumidor, es cada empresario el que tiene que repercutir el gravamen sobre los bienes o servicios que vende a sus clientes, esto es, es al empresario a quien le corresponde la obligación tributaria de recaudar e ingresar al erario el monto del impuesto. Ahora bien, ¿qué sucede cuando el cliente de un empresario es otro empresario? Pues que ese otro empresario soporta el pago del IVA pero también se lo repercute más adelante a sus propios clientes, por lo que únicamente deberá abonar a Hacienda la diferencia entre el IVA que ha soportado y el IVA que ha repercutido (es decir, cada empresario ingresará el gravamen sólo en función del valor añadido que ha aportado a la producción).

Por ejemplo, supongamos un tipo fijo del IVA del 20%. El empresario A vende madera por 10.000 euros al empresario B, a cuyo importe ha de repercutirle el gravamen del 20% (siendo el precio final 12.000 euros). El empresario B utiliza la madera para fabricar sillas y se las vende al empresario C (un minorista) por 15.000 euros más el IVA (es decir, 18.000 euros). Finalmente, el empresario les venderá las sillas a los consumidores por 30.000 euros más el IVA (es decir, 36.000 euros). Si repasamos las transacciones anteriores, comprobaremos que el empresario A ha repercutido a B 2.000 euros por IVA (cantidad que tendrá que ingresar a Hacienda), que el empresario B ha soportado de A un IVA de 2.000 euros y ha repercutido a C 3.000 euros (de modo que tendrá que ingresar a Hacienda sólo 1.000 euros) y el empresario C ha soportado de B 3.000 euros por IVA y ha repercutido a los consumidores 6.000 euros (por lo que tendrá que ingresar a Hacienda 3.000 euros). En total, Hacienda recibirá 6.000 euros (2.000 de A, 1.000 de B y 3.000 de C), que coincidirá con el monto abonado por los consumidores.

Hasta aquí los efectos que busca el legislador. Pero, ¿cuáles son sus consecuencias reales de establecer o incrementar el IVA?

La primera, claro está, es una fuerte presión a que se incrementen los precios de todos los bienes de consumo. Ahora bien, esa presión no será uniforme, pues ni todas las empresas lo tendrán igual de fácil para repercutir el nuevo impuesto al consumidor final ni a todas les interesará hacerlo en la misma medida. En concreto, aquellas empresas con márgenes de beneficio muy estrechos y que sobreviven gracias a vender un gran número de unidades (por ejemplo, los supermercados) preferirán repercutir el IVA a menos que su demanda experimente un desplome colosal; por otro lado, aquellas empresas que venden pocas unidades a unos márgenes de beneficios muy amplios (por ejemplo los astilleros) optarán por no repercutir el IVA a poco que se les pudiera reducir la demanda.

La razón es sencilla de comprender: a las primeras les interesa conservar su margen de beneficio (aun a costa de menores ventas) mientras que a las segundas les compensa conservar sus ventas (aun a costa de un más estrecho margen). Por consiguiente, no siempre un mayor IVA se traducirá en precios más altos.

Lo que sí sucederá en cualquier caso, sin embargo, es que los beneficios de las empresas serán menores que en ausencia del impuesto, ya se deba a la caída de las ventas o a los más estrechos márgenes. Y esta reducción de beneficios nos lleva a la segunda consecuencia de la subida del IVA: las empresas irán cancelando aquellos proyectos que dejen de ser rentables, despidiendo a los factores productivos allí empleados. Vemos, por tanto, que el IVA, lejos de pagarlo en exclusiva el consumidor, extenderá sus efectos perversos tanto sobre los accionistas de las empresas cercanas al consumo cuanto sobre los trabajadores y proveedores de esas compañías.

Por eso, dicho sea de paso, es importante que las empresas tengan libertad para decidir si quieren tratar de repercutir el IVA sobre sus precios finales o no. Lo esencial no es que se minimice la influencia del IVA sobre el consumidor, sino que se minimicen las pérdidas derivadas de su implantación, pues, en caso contrario, se estará maximizando la destrucción de producción y de empleo en perjuicio del conjunto de la economía. De ahí también, por cierto, que muchos economistas aboguen por combinar la subida del IVA con una reducción de las cotizaciones sociales, pues algunas de las líneas de producción que dejan de ser rentables con el aumento del IVA pueden volver a serlo con la rebaja de los costes laborales (si bien el resto de factores no se salvarían de la quema).

En tercer lugar, la caída de beneficios empresariales podría contenerse mediante las alteraciones que el aumento del IVA genere sobre las relaciones comerciales. Por un lado, el IVA encarece no sólo la producción nacional, sino también la producción extranjera, por lo que hasta cierto punto podría existir una cierta sustitución de importaciones: los consumidores nacionales podrían dejar de comprar bienes foráneos para mantener sus compras interiores, cargando las tintas del ajuste del gasto en los productores extranjeros. Por otro, dado que las exportaciones se encuentran exentas de IVA, los productores nacionales se verán incentivados a dar salida en los mercados exteriores a su producción –donde no se habrá encarecido–, lo que podría compensar en todo o en gran parte la caída interna de las ventas.

En este sentido, suele decirse que los efectos del IVA sobre el comercio exterior son parecidos a los de una devaluación de la moneda, pero en realidad sus efectos no son exactamente iguales. Primero, porque la tendencia a la sustitución de importaciones es muy inferior en el caso de la subida del IVA (la devaluación encarece sólo los productos extranjeros, mientras que el IVA encarece los internos y los extranjeros); segundo, porque la promoción de las exportaciones es menos intensa con la subida del IVA (la devaluación abarata las exportaciones en moneda extranjera; el aumento del IVA no abarata las exportaciones, simplemente no las encarece); tercero, porque las distorsiones sobre los precios relativos son menores con el IVA (la devaluación encarece las importaciones de factores extranjeros, lo que necesariamente modifica los patrones de producción internos); y cuarto, la expectativa de un aumento del IVA no incentiva por sí mismo una salida de capitales del país, como sí lo hace la expectativa de devaluación. En resumen: los efectos del aumento del IVA sobre el comercio exterior serán más bien parcos y muy probablemente no compensen la reducción interna de la demanda.

En cuarto término, en la medida en que el aumento del IVA encarece el gasto en consumo, podría pensarse que promueve el ahorro y todos los muy beneficiosos efectos sobre la economía que éste acarrea. Pero esto no es necesariamente así: de hecho, el incremento de los gravámenes sobre el consumo bien podría terminar generando un desahorro en el conjunto de la economía, pues las familias podrían optar por consumir un mayor porcentaje de sus rentas para mantener sus encarecidos niveles de consumo. Si, en cambio, el IVA impulsa en mayor o menor medida el ahorro y la inversión, a corto plazo se podría reabsorber a parte de los factores desempleados en las industrias de consumo y a largo plazo sería posible regresar a los niveles anteriores el consumo privado gracias a la mayor productividad. Con todo, en países con fuertes incertidumbres internas, el acrecentado volumen de ahorro podría terminar refugiándose en el extranjero, con lo que no habrá una mayor inversión interna y, por tanto, el mayor consumo futuro sólo sería posible para los capitalistas y no para los trabajadores.

Y, por último, el aumento del IVA agravará los problemas de liquidez de algunas de las empresas de la economía. Por un lado, no será inhabitual que los empresarios deban ingresar su cuota diferencial entre el IVA que han repercutido y el que han soportado antes de que hayan cobrado las facturas que contienen el IVA repercutido. Por otro, algunos empresarios acumularán saldos acreedores por IVA con la administración tributaria en el curso normal de sus actividades (por una gran inversión inicial en activos fijos o circulantes que no hayan repercutido por completo en sus ventas). En ambos casos, los profesionales deberán disponer de reservas de tesorería o de líneas de crédito extraordinarias, lo que les acarrearán un sobrecoste financiero que en buena medida contrarrestará los efectos positivos del mayor ahorro potencial atribuible al IVA.

En definitiva, el aumento del IVA deprime de manera desigual las ventas de las empresas más cercanas al consumo y promueve el cierre de aquellas explotaciones menos rentables; dos pauperizadores efectos que aparentemente podrían compensarse en parte con la mejora del saldo exterior, el aumento de la inversión interna y el (ineficiente) incremento del gasto público que el IVA puede conllevar. Sin embargo, lo primero y lo segundo no es seguro que se den de manera apreciable y lo tercero no tiene por qué ser más deseable para los consumidores que los bienes que hubiesen podido adquirir en ausencia del mayor IVA: es decir, en cualquier caso, la sociedad se empobrecerá.


Fuente 

Efectivamente, España es un país de analfabetos financieros


Y no pienso extenderme mucho en el post, porque ya lo ha hecho la gente de "El Pais" en este artículo (aquí). La primera fase del mismo es contundente: aprendemos antes en la escuela las propiedades de la calcopirita (por cierto, se trata de un mineral) que la diferencia entre una cuenta corriente y un depósito o lo que es el euribor. Y claro, teniendo en cuenta esto, así nos luce el pelo. Que alguien me diga para qué cojones queremos saber las propiedades de la calcopirita cuando una de las decisiones más importantes de nuestra vida como es contratar una hipoteca la realizamos sin tener ni pajolera idea...


Pero claro, España es un país de "listos" y cuando no contratabas los sellos de forum o afinsa tenías que aguantar las críticas de vecinos, amigos o familiares. Ahora esos mismos piden que el Estado les ayude y solucionen su cagada. Pues de eso nada... Si tuvieran un poquito más de cultura financiera, muchos, muchísimos males que estamos viendo en los últimos años se habrían evitado. Y esta ignorancia financiera no es exclusiva de la gente no experta en finanzas. Los mismos trabajadores de los bancos, en la mayoría de las ocasiones, son todavía más ignorantes que nosotros mismos!!!.

Aunque en el artículo se diga que el Banco de España y la CNMV piden al Gobierno que la educación financiera sea objeto de estudio en las escuelas, dudo mucho que se lleve finalmente a cabo. A ellos (entidades financieras, grandes fortunas, etc...) no les interesa gente informada. Lo que realmente les gusta es analfabetos financieros a los que colocar sus estupendos depósitos estructurados, preferentes o planes de pensiones. Por lo tanto, tendreis que buscaros la vida por vuestra cuenta. Se que es un camino dificil, complicado y largo pero, sin lugar a dudas, merece la pena todo el tiempo que dediqueis a vuestra formación financiera.

Fuente del artículo

P.d  Ahí está la clave, yo era de los empollones de la clase y he de reconocer que el 99,9 % de las cosas que memoricé en ella están en el olvido, bien es cierto que la ingente cantidad de horas que dediqué al estudio me sirvieron para desarrollar la disciplina y saber que hay cosas que hay que hacer por narices, estemos o no motivados a hacerlas.
La cultura financiera es clave; en las escuelas y en las universidades nos enseñan a ser buenos profesionales pero ni al Estado, ni a las entidades financieras ni a la sociedad de consumo les interesa que seamos eficaces en el manejo de esos honorarios.
Me harté de hacer interés compuesto en una academia en la que saqué el título de contabilidad, pero nadie me explicó como aplicarlo a las inversiones.
Buffett tiene dos licenciaturas, pues bien, no tiene los diplomas de ninguna de ellas colgados en su despacho, él dice que no sabe dónde los tiene, y uno de ellos se lo dio el mismísimo Ben Graham, con Matrícula de Honor. Ninguno de sus tres hijos tiene estudios superiores, y es que como él dice la vida es la que nos enseña.

viernes, 4 de mayo de 2012

Muerte por socialdemocracia


Un estudio desvela que España es el país con más políticos por habitante de Europa
España tenemos 445.568 políticos (ver cuadro adjunto a la noticia) trabajando en todos los niveles de la administración, así como en todo tipo de empresas públicas o participación de fondos públicos, fundaciones, entes, observatorios, consejos, defensores, agencias, direcciones etc. Según el informe tenemos el doble del porcentaje por habitante que los que tiene Italia, que se mantiene en niveles muy parejos con los de Francia, país que siempre se ha caracterizado por su fuerte estructura pública. Lo más sorprendente es que España tiene 300.000 políticos empleados por elección o por designación directa en todo tipo de organismos, que Alemania, país que tiene el doble de la población española. El estudio desvela, que el tamaño desmesurado de nuestra administración no se encuentra distorsionado tanto entre los funcionarios que prestan servicio directo al ciudadano (profesores, administrativos, médicos, policias etc), sino que el mayor porcentaje de distorsión se encuentra entre los políticos que pueblan nuestra administración.

Tabla con datos oficiales sacado de la Presidencia del Gobierno.


Por Alberto Illán Oviedo

El Partido Popular ha mentido. Hizo campaña electoral asegurando que no iba a subir los impuestos y una de sus primeras medidas, una vez que Mariano Rajoy fue investido presidente y nombró Gobierno, fue precisamente hacerlo: subió el IRPF en todos sus tramos y el Impuesto de Bienes Inmuebles en un guiño a los ayuntamientos, por lo general, faltos de recursos.

La medida, que se anunció como temporal y que se justificó con los falsos datos de déficit que dejaron los socialistas, no parece haber contentado al gobierno popular, pues ha ido añadiendo otras, como la que ha afectado al Impuesto de Sociedades para las grandes empresas o el reciente anuncio de que incrementará el IVA y los impuestos especiales de la gasolina, el tabaco y el alcohol en 2013. Y como las desgracias nunca vienen solas, el resto de administraciones públicas se ha unido a esta bacanal alcista, elevando las tasas y los precios de los servicios públicos.

El PP tenía alternativa, pero era una alternativa demasiado incómoda para sus propios intereses y los del sistema: la reducción del gasto, del sector público, en definitiva, del Estado. España soporta uno de los más mastodónticos de la Europa occidental. Nuestro país tiene tres millones largos entre funcionarios y trabajadores públicos (para que nos hagamos una idea del tamaño, el sector industrial está en torno a los 2,3 millones), y, de ellos, medio millón de cargos políticos, el mayor número por habitante de toda Europa. Tenemos trescientos mil políticos más que Alemania, que nos dobla en población, y el doble que Italia y Francia, que tienen 15 millones más de habitantes. El gasto conjunto de las administraciones públicas está en torno al 50% del PIB. Y todo ello está soportado por el sector privado.

Las reducciones acometidas y puestas en marcha por el PP están a años luz de las que se debería haber realizado y han generado mucha polémica sobre las prioridades y, para los partidarios del Estado de Bienestar, sobre su conveniencia. El PP ha demostrado cobardía, pues no quiere enfrentarse a los grupos organizados que viven del erario público, entre los que él mismo se encuentra, y prefiere asaltar a los donantes universales, es decir, al ciudadano que consume o ahorra, a las pymes y autónomos, a las clases medias que pagan la gran mayoría impuestos, a los que ya pagan ciertos servicios públicos.

Es comprensible que el votante del PP pueda estar desencantado a los pocos meses de ganar las elecciones. Con ello y con la movilización callejera juega la oposición para socavar el apoyo que el electorado dio a los populares. Pero la izquierda política no es la más indicada para dar lecciones. De la situación actual, tanto económica como social, es culpable ella y sólo ella. Ella ha favorecido y alentado el gasto público, ella ha alentado las burbujas económicas que crecieron bajo su Gobierno, ella ha favorecido políticas que han terminado con cinco millones de parados. Rajoy no se merece de nuevo el voto, pero ¿se lo merece Rubalcaba? ¿Se merecen estos partidos y sindicatos el apoyo de la sociedad civil? ¿Existe realmente una sociedad civil o no deja de ser una serie de organismos que aspiran a recibir subvenciones o ayudas públicas?

Durante décadas, el Partido Socialista Obrero Español y el Partido Popular, cada uno a su manera, han desarrollado un Estado social que se mete casi en cualquier aspecto de nuestras vidas. Las políticas sociales han matado la iniciativa privada, los jóvenes prefieren ser funcionarios antes que empresarios. Los movimientos de protesta abogan por un incremento aún mayor del peso de lo público y los grupos que conforman la sociedad civil buscan el apoyo de este ministerio, esa consejería o aquella concejalía.

Y mientras, el sistema se protege a sí mismo de los ciudadanos que lo sustentan. Los políticos caen en el populismo más trasnochado y no dejan de convertir servicios en derechos, dividiendo en tres a la sociedad: dependientes, aprovechados y esclavos. Se incrementa el déficit, cuya verdadera cuantía aún no sabemos a ciencia cierta, y se dispara el endeudamiento público, sin que a los políticos locales y nacionales se les sonroje el rostro. Y entretanto, la burocracia crece para satisfacer las necesidades de una burocracia en expansión.

El camino para salir de esta espiral es evidente, pero cuesta empezarlo. Si no se hace, la sociedad española morirá metafóricamente hablando, dando paso a otra cosa, y cuando alguien venga a diagnosticar la causa de tal deceso, encontrará que ha sido muerte por socialdemocracia, por intervencionismo y porque el finado, en vez de defenderse del cáncer, lo alentaba.
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