Un pequeño ejemplo de por qué el libre mercado es la base del progreso social y de por qué la intervención del estado a través de los políticos con sus políticas intervencionistas en el mercado libre perjudican a los que más lo necesitan:
Imaginen que una gran empresa farmacéutica privada, con sede central en Estados Unidos, invierte unas cantidades astronómicas de dinero en desarrollar un potente medicamento contra el SIDA. Tras 5 años de desarrollo, el medicamento es un éxito. La población estadounidense enferma de VIH, y también gran parte de la europea alcanza la curación de la devastadora enfermedad. Sin embargo, el precio del medicamento es tan tremendamente alto que la Seguridad Social de la mayoría de países no alcanza a cubrirlo, por lo que los pacientes tienen que pagar una jugosa cantidad de dinero por obtener la salvación.
Pero, ¿Por qué se produce esto? En la mayoría de países, con el supuesto objetivo de fomentar la creación e innovación en el campo de la medicina, se imponen leyes que permiten la producción monopolística de los medicamentos en períodos de 10, 15 o hasta 20 años. De esta manera, las compañías se ven incentivadas a invertir en el desarrollo de nuevos medicamentos por los que obtendrán grandes recompensas económicas.
Pero, ¿Es acaso en Estados Unidos dónde más se necesitan los medicamentos contra el SIDA? En gran cantidad de países de África, los gobiernos solicitan la cobertura de este medicamento para solventar un problema que lleva años castigando a las naciones del continente. Sin embargo, nuestra empresa farmacéutica, tras realizar diversos estudios de mercado, decide que no es rentable llevar hasta África el revolucionario medicamento. Una pequeña compañía farmacéutica de Camerún, de tamaño incomparable respecto a las del resto de países desarrollados, tiene absolutamente todos los medios disponibles para la producción de las píldoras milagrosas, capaces de salvar la vida de millones de personas.
Sin embargo, la patente monopolística que el gobierno de Estados Unidos ha permitido a sus farmacéuticas no sólo provoca que estas puedan vender sus productos a precios rematadamente altos, sino que impide que otros competidores puedan entrar en el mercado y que, consecuentemente, los precios bajen.
¿Cuál es el problema? Como casi siempre, la intervención del Estado. Sin las alianzas del poder político con las multinacionales para que estás puedan manipular los precios y controlar la producción a su antojo provocando tremendas distorsiones en el mercado, estas últimas estarían obligadas a competir entre sí, en otras palabras, se verían empujadas a la cooperación social: nuevos descubrimientos científicos al servicio de la humanidad, que se consiguen a través de la búsqueda del beneficio propio. Por desgracia, precisamente lo contrario es una realidad latente en nuestros días.
Para que os quede claro:
El mercado es intercambio, es la base del progreso social, por el contrario la política es fuerza, violencia,coacción. Poniendo un símil... yo para acostarme con una chica le puedo regalar un abrigo caro y joyas, llevarla a cenar y conquistarla; esto serían los medios económicos del libre mercado. Pero también podría violarla; esto serían los medios políticos.
Saludos y libertad
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