Yo como particular,no podré valorar bien el balance de una compañía,no podré ganar nunca a los mejores gestores.Por eso concluí que lo más razonable es delegar esa responsabilidad y destinar todo mi esfuerzo a buscarlos(fondos VALUE).Soy un enamorado del VALUE INVESTING, por eso tengo la mayoría de mi patrimonio bajo el criterio de inversión value.
Un estudio hecho en los países nórdicos , demostró que las personas que invierten en bolsa no son los que más dinero tienen, sino lo más inteligentes.
"Por extraño y paradójico que le parezca: La renta variable es el activo-a largo plazo-más rentable y menos arriesgado".Francisco García Paramés
La clave en el mundo de las inversiones está en la PACIENCIA, como decía un inversor value "Más vale hacerse rico despacio que pobre rápidamente" .
Todo llega para quien sabe esperar.Nunca te des por vencido, las grandes cosas llevan tiempo.
"Yo me fío más de cómo maneja la economía una familia que se juega el pan o un empresario, que se juega la ruina, que un grupo de señores que, cuando quiebran un país, se van a su casa, reciben seis cargos públicos o privados y se dedican a dar discursos."Daniel Lacalle
Los seres humanos observan que hoy en día las carreteras, los hospitales, las escuelas, el orden público, etc. etc., son proporcionados en gran (sino en exclusiva) medida por el estado, y como son muy necesarios, concluyen sin más análisis que el estado es también imprescindible. No se dan cuenta de que los recursos citados pueden producirse con mucha más calidad y de forma más eficiente, barata, y conforme con las cambiantes y variadas necesidades de cada persona, a travésdel orden espontáneo del mercado, la creatividad empresarial y la propiedad privada.Jesús Huerta de Soto
Comprar cuando la bolsa baja y vender cuando sube es difícil porque va en contra de la naturaleza humana: en los últimos 3.000 años, cuando el vecino de al lado salía corriendo o gritaba "fuego", ha resultado rentable salir corriendo también. De ahí que cuando la bolsa sube nos dan ganas de comprar, y cuando baja nos dan ganas de vender, por una simple cuestión de biología.
¿Pero es que no os dais cuenta que todas las injusticias y toda la corrupción proviene de lo "publico"?
lunes, 31 de enero de 2011
Nuevo éxito empresarial en España: brico-box
Ha sido creado por un grupo de empleados de la construcción que se quedaron en paro, pero el ingenio y la perspicacia empresarial ( es la innata capacidad del ser humano: La Función empresarial y lo que nos distingue de los animales) han llevado a este grupo de jóvenes emprendedores de ser parados a ser empresarios y descubrir una forma de ganarse la vida ( es una maravilla como el capitalismo genera riqueza si se le deja, pues reduce gastos a los consumidores en un constante innovación empresarial por ofrecer cada vez cosas a menor coste).
A este respecto en la medida que la regulación laboral sea más flexible, los impuestos sean más bajos y la burocracia para crear una empresa más rápida y menos costosa la economía española sería mucho más dinámica y habría menos parados ( en este aspecto resulta curioso pero el paro es consecuencia de la intervención de los sindicatos y los gobiernos en el mercado laboral).
web del local : http://brico-box.com/
saludos
sábado, 29 de enero de 2011
¿Pueden ganar todos en la bolsa?
Juan Ramón Rallo
La bolsa y el patrón oro
Juan Ramón Rallo
jueves, 27 de enero de 2011
Los frutos podridos de las pensiones públicas
Juan Ramón Rallo
viernes, 21 de enero de 2011
Cómo invierte el mejor fondo español de las últimas décadas
Inversión en valor y análisis con las herramientas de la Escuela Austriaca de economía: éstas son las claves del mejor fondo español de la última década.
LIBERTAD DIGITALExiste una compañía de inversión española que ha sido capaz de colocar todos sus fondos en el primer decil en cuanto a rentabilidad. También ha logrado que estos fondos reporten dinero a sus clientes a uno, tres, cinco y diez años (salvo en dos casos muy particulares). Además, ha logrado que sus tres gestores encabecen la lista queCitywire hace entre los profesionales de los países europeos, según informa la web especializada Funds People. Esta compañía es Bestinver, la sociedad inversora de Acciona, que dirige desde hace más de dos décadasFrancisco García Paramés, uno de los gestores españoles más reconocidos y al que una periodista de la CNBC definió hace unos meses como el Warren Buffet europeo.Lo cierto es que las rentabilidades que alcanzan año tras año los fondos de Bestinver no dejan de sorprender. Según la información de Funds, "todos sus fondos se sitúan en el primer decil (entre el 10% más rentable) de sus respectivas categorías y ofrecen revalorizaciones positivas a uno, tres, cinco y diez años salvo en dos casos".Por cierto, que en estos dos supuestos tan especiales los dos fondos con pérdidas a tres años también están en el primer decil de su categoría (por lo tanto, han caído algo en los últimos tres años, pero mucho menos que su competencia). Por poner un ejemplo, Bestinfond (quizás su producto bandera) acumula una rentabilidad del 314% en la última década, incluso aunque estos diez años no han sido precisamente los mejores de las bolsas europeasNo sólo sus Fondos de Inversión llevan muchos años batiendo de forma consistente al mercado, sino que también sus Fondos de Pensiones han logrado superar las rentabilidades medias de sus competidores con muchísima diferencia.Con estos datos sobre la mesa, no es extraño que en el rating que Citywire hace sobre los mejores gestores españoles los tres principales profesionales de Bestinver ocupen los tres primeros puestos. Francisco García Paramés, Álvaro Guzmán de Lázaro y Fernando Bernad se han situado por encima de todos sus colegas en una clasificación que analiza a los gestores en función de la rentabilidad de los fondos gestionados en los últimos tres años.Con esta fotografía, muchos quizás se pregunten cuál es el secreto de Bestinver para invertir así de bien el dinero de sus clientes. Y la respuesta es que no hay secreto, al menos si se hace caso a su página web, en la que se detalla la filosofía del grupo que podría resumirse en tres palabras: "inversión en valor" (value investing).Esta estrategia se dirige a invertir a "largo plazo, en negocios comprensibles, dirigidos por gente honesta y competente, y que estén disponibles a precios atractivos". Podría decirse que lo que hace Bestinver es analizar cuánto vale una compañía (en función de sus activos, la salud de sus balances, sus perspectivas y la capacidad de sus dirigentes) y lo compara con lo que cuesta en el mercado (es decir, su cotización en bolsa). Y si creen que la primera cifra es más alta que la segunda, invierten su dinero, sin preocuparse de las fluctuaciones a corto plazo. Su objetivo es la "máxima rentabilidad a largo plazo".En su web aseguran que es "imprescindible distinguir entre cotización y valor económico de una empresa". La evolución en el corto plazo de la primera es imprevisible, mientras que a largo plazo, la cotización tiende "a reflejar el valor económico" de las compañías.En este sentido, su objetivo no es atraer a los clientes que buscan mover constantemente su dinero o que buscan la rentabilidad a unos meses, sino a aquellas personas que quieren invertir de forma segura y rentable a largo plazo y aprovecharse de los beneficios de la capitalización.De hecho, este tipo de instrumentos de inversión es muy recomendado por los analistas como plan de pensiones alternativo (es decir, invertir en bolsa de forma periódica y aprovecharse de las ventajas del interés compuesto, como recomienda Juan Ramón Rallo con este conocido cuento del barbero Roy Miller).Con esta filosofía, buenos conocimientos de economía (son seguidores confesos de la Escuela Austriaca) y una línea coherente a lo largo de los años, Bestinver ha logrado ser la compañía inversora española de más éxito. Los premios de Citywire no son una excepción, sino que vienen a unirse a muchos otros recibidos en el pasado.
jueves, 20 de enero de 2011
¿Qué quiere ser, trabajador o capitalista?
'EL CUADRANTE DEL FLUJO DE DINERO'
¿Qué quiere ser, trabajador o capitalista?
Por Juan Ramón Rallo
Uno de los argumentos preferidos de la izquierda para nacionalizar la escuela y tomar el control de los planes de estudio es el de la promoción de la igualdad de oportunidades. En principio, si el hijo de una familia pobre es más inteligente y trabajador que de una familia rica, el sistema público de enseñanza le permitirá obtener un buen trabajo bien remunerado, hipotecarse para adquirir una mansión y disfrutar de todos los lujos de que disfruta la clase más acaudalada. |
En fin, que tras dejarnos un riñón y parte del otro costeando con nuestros impuestos la ineficiente y onerosísima educación pública, resulta que debemos de ser nosotros, a nuestra muy autodidacta manera, los que nos procuremos formación en lo relacionado con las finanzas personales. Peor que mejor, el Estado se encarga de formar –con cargo a los contribuyentes, claro– ingenieros, arquitectos, filósofos, historiadores y abogados, pero se olvida de proporcionar a la gente –incluyendo a quienes estudian para ser ingenieros, arquitectos, filósofos, historiadores o abogados– las nociones que precisan para ser financieramente independientes, esto es, para que acumulen un capital que les permita vivir de las rentas en vez de trabajar durante toda su vida 40 horas semanales –por lo menos– para apenas hacer frente a los pagos mensuales de sus deudas.
Libros de educación financiera los hay a decenas, y en los próximos meses iremos dando cuenta de varios de ellos. Pero algunos de los mejores forman parte de la serie de publicaciones Padre Rico, dirigida por Robert Kiyosaki. En otra ocasión ya les hablé de su muy interesante Padre Rico, padre pobre, que escribió a finales de los 90. Desde entonces, el éxito editorial ha sonreído merecidamente a este autor, que ha publicado una decena de libros más, en los que reitera sus consejos más importantes y desarrolla muchos de ellos.
A Kiyosaki le preocupa el modo de vida americano –y occidental– consistente en dedicarse a estudiar durante muchos años para obtener un título universitario que allane el camino hacia un gran salario, que a su vez abra las puertas a un endeudamiento incontrolable con el que sufragar al momento todos los caprichos que podamos tener –una casa en propiedad, un nuevo mobiliario, un automóvil, unas buenas vacaciones, etc.–. Para Kiyosaki, los analfabetos en materia de finanzas confunden ser rico con vivir como un rico. Los segundos se cargan de deudas para poder cumplir su sueño; los primeros, en cambio, tienen recursos suficientes como para hacer frente a todos sus gastos sin necesidad de trabajar.
Ahí está la clave: el pobre trabaja por dinero, mientras que el rico deja que su dinero trabaje por él.
Las personas que consumen como ricos recurriendo al crédito se vuelven esclavas de sus deudas; al contrario que los ricos, no pueden dejar de trabajar, porque en tal caso no serían capaces de hacer frente a sus deudas. Caen en la carrera del hámster: no dejan de dar vueltas en una rueda de la que no pueden escapar: cuanto más dinero ganan, más se endeudan, y cuanto más se endeudan, más tiempo y con más esfuerzo deben trabajar.
Kiyosaki insta a la gente a no vivir al día; o mejor, a no vivir el presente a cuenta del mañana. El rico utiliza sus recursos presentes para construirse un mejor, más próspero mañana.
En este sentido, El cuadrante del flujo de dinero es la continuación natural dePadre rico, padre pobre.
Una vez asentados los conceptos básicos, Kiyosaki sistematiza su división entre ricos y pobres distinguiendo cuatro estrategias para obtener entradas de efectivo: la estrategia de ser empleado, la de ser autoempleado, la de ser propietario de un negocio o la de ser inversor. Los empleados y los autoempleados deben trabajar por el dinero, mientras que los propietarios de negocios y los inversores dejan que el dinero trabaje por ellos.
Toda persona –salvo que viva del sector público– se encuentra en al menos uno de estos cuadrantes: los empleados trabajan para otra persona y, a cambio, perciben un salario; los autoempleados trabajan para sí mismos, y con la venta de los bienes o servicios que producen obtienen unos ingresos de los consumidores; los dueños de un negocio conciben un sistema empresarial generador de beneficios y pagan a otros para que trabajen en su lugar; en cuanto a los inversores, destinan su dinero a adquirir participaciones (acciones o bonos) en sistemas empresariales ya existentes.
En todos los cuadrantes puede vivirse dignamente, aunque parece claro que es en los dos últimos donde son mayores las posibilidades de ganancia y disfrute de abundante tiempo libre. Los ricos –aunque de todo haya– suelen ser o dueños de negocios o inversores, actividades que les permiten disfrutar de grandes rentas y de mucho tiempo libre. En ese sentido, a muchos les gustaría ser ricos, pero la inmensa mayoría jamás se ha planteado en qué cuadrante se encuentra ni –por tanto– qué debe hacer para dejarlo por uno mejor.
No es un asunto baladí, pues las reglas que operan y las habilidades requeridas son distintas en cada uno de ellos. Desde luego, la lógica del empleado no sirve para ser autoempleado, mucho menos para ser un buen inversor o un buen dueño de negocio.
El trabajador debe ser un muy buen reproductor de las tareas que le encomiende su empleador, y ha de tratar en todo momento que el valor de su producción supere el salario percibe. Sólo así podrá conseguir ascensos y aumentos de sueldo. En cambio, el dueño de un negocio debe saber rodearse de gente competente; no necesita ser el más listo de todos, sino el más hábil y perspicaz. Si necesita resolver un problema fiscal, no ha de ponerse a estudiar la legislación tributaria, sino contratar al experto más capacitado; si necesita personal que haga turnos largos, ha de preocuparse por buscar a gente que disfrute de su trabajo y pueda aguantar varias horas sin desmotivarse. La misión del propietario es, pues, tener una visión global del sistema empresarial que dirige; lograr que todas las piezas funcionen en armonía y sin fricciones con el propósito de servir de la mejor manera posible a sus clientes.
Kiyosaki hace un buen trabajo a la hora de mostrar los parecidos y las diferencias entre los distintos cuadrantes. Particularmente brillante me resulta su taxonomía de los inversores: están los que lo despilfarran todo (inversores nulos), los endeudados, los ahorradores, los sabihondos, los largoplacistas, los sofisticados y los capitalistas. Esta clasificación ordena de menor a mayor paradigmas de inversor en función de su nivel de sofisticación y de sus ganancias potenciales: desde los inversores que se endeudan creyendo que están comenzando a construir su patrimonio –cuando en realidad trabajan para que los bancos se enriquezcan– a los que emulan a los dueños de negocios a la hora de seleccionar su cartera de activos (como Warren Buffett).
Sin embargo, no acuda a este libro buscando técnicas concretas de inversión. Aunque Kiyosaki es un multimillonario que se ha enriquecido gracias al éxito que ha obtenido en la inversión inmobiliaria, sus libros no explican cómo se invierte; se centran en el paso inmediatamente anterior. Y es que –como le gusta repetir–, antes de invertir usted ha de comprender e interiorizar las reglas del juego de su cuadrante. Los empleados, por ejemplo, suelen tener un pánico enorme y en parte irracional a perder dinero y contentarse con obtener rendimientos cuasinulos antes que correr el menor riesgo si éste puede implicar pérdida alguna.
Si tiene usted esa mentalidad, olvídese de invertir: le queda mucho camino –psicológico– por recorrer. Los ricos aprenden y mejoran a partir de sus errores; los pobres, en cambio, se repliegan y se hunden psicológicamente. Si pierde 2.000 o 10.000 euros en bolsa, plantéese cuán distinto resulta fustigarse pensando: "Horror, ¡esto no es para mí! ¡Nunca más debo cometer el error de meterme en la bolsa!" que preguntarse: "¿Qué he hecho mal? ¿Qué debo cambiar para que, cuando vuelva a invertir en bolsa, no me pase otra vez lo mismo?".
Para eso, precisamente, sirven los libros de Kiyosaki. Como dice él, el rico conjuga de maravilla los verbos ser, haber y tener. Solemos obnubilarnos con el tener (riqueza), cuando lo cierto es que éste es consecuencia del haber (habilidades como inversor o como propietario de un negocio), lo que en gran parte es fruto del ser (predisposición a y preparación para ahorrar e invertir en condiciones de riesgo e incertidumbre).
Antes de disfrutar de una segunda o tercera vivienda, preocúpese de amasar el patrimonio con que pagarla. Antes de pretender amasar ese patrimonio, preocúpese de conocer bien cómo lograr que su dinero se multiplique –por ejemplo, estudiando las técnicas del value investing–. Y antes de aprender a multiplicar su dinero asegúrese de que verdaderamente quiere multiplicarlo, es decir, asuma que ha de afrontar ciertos sacrificios y cambiar de mentalidad. En definitiva: antes de estudiar cómo volverse rico, lea a Kiyosaki.
ROBERT KIYOSAKI: EL CUADRANTE DEL FLUJO DE DINERO. Punto de Lectura (Madrid), 2010, 309 páginas.
Fuente