Matizar que estamos descartando cualquier escenario de “catástrofe total”, pues creemos se están tomando las medidas pertinentes para cuanto menos tener a punto los mecanismos de protección suficientes para evitar que la quiebra de algún país pueda acabar produciendo un efecto en cadena. De todos modos, si creemos fundamental estructurar las carteras (independientemente del perfil de las mismas) siguiendo las premisas de protección, liquidez y preservación de capital.
La posible reestructuración de la deuda griega ha vuelto a despertar los miedos de los ahorradores. Otra vez los inversores se preguntan si están o no seguros sus ahorros e inversiones y cuáles son los activos más seguros en caso de que un país o estado caiga en default o decrete un corralito.
Lo cierto es que muchos ciudadanos no son conscientes realmente de los riesgos que llevan asociados sus inversiones, o sin ir más lejos, de dónde se encuentran invertidos sus ahorros. Para evitar sorpresas desagradables, el cliente no debe dejarse guiar sólo por la recomendación del instrumento financiero (depósitos, acciones, estructurados, etc.) que le ofrezcan en una entidad sin saber lo que está comprando. De hecho, construir una cartera con los productos de moda es un error muy frecuente entre los inversores. Para muestra, un botón: actualmente, por ejemplo, muchas entidades financieras han estado y siguen emitiendo participaciones preferentes entre sus clientes, pero estos no suelen tener conciencia del elevado riesgo que conlleva, un riesgo que no debe, en absoluto, pasarse por alto.
A continuación incluimos una tabla con los activos más seguros y que menos se pueden ver perjudicados si se decreta un corralito en un estado acuciado por las deudas y el déficit:
Notas previas:
· La columna Precio indica la dirección más probable del precio del activo determinado en caso de corralito financiero. El símbolo “+” indicaría que el precio debería subir y “–“ que debería bajar).
· La columna Riesgo indica los riesgos más importantes a los que está expuesto el activo en cuestión: cuantificables (mercado, cotización), no cuantificables (liquidez o disponibilidad del dinero). En caso de corralito financiero y elevadas dosis de nerviosismo, los riesgos no cuantificables son más importantes si cabe que los cuantificables.
Una vez entendida la tabla, en caso de corralito financiero, deberemos estar invertidos en aquellos activos cuyo precio suba y el riesgo no cuantificable sea mínimo. Son los señalados en la tabla siguiente:
EL MITO DE LOS DEPÓSITOS Y CUENTAS CORRIENTES
Debemos deshacer el mito de que “lo más seguro son las cuentas corrientes y los depósitos de bancos y cajas” y, como podremos comprobar más adelante, fijarnos más en productos como los fondos de inversión. Es de vital importancia contar con un asesor independiente que conozca íntegramente los productos que recomienda y que ayude a controlar las emociones en momentos de pánico y a poner en perspectiva cómo afectan las distintas noticias del sector a la situación particular de cada cliente. Hay que estudiar y jerarquizar los gastos, revisar las fuentes de ingresos y el crecimiento de los mismos y, por eso, antes de decidir invertir se debe planificar. No es lo mismo ahorrar para la jubilación que para pagar los estudios de un hijo.
Lo que muchos inversores ignoran es el riesgo de los depósitos o los plazos fijos, que no se percibe pero existe, y siempre ha existido: el riesgo de contraparte (que la otra parte no cumpla lo acordado por motivos de solvencia) o que quiebre la entidad en la que depositamos nuestros ahorros.
El motivo es sencillo: salvo que se hunda el sistema, los españoles tienen garantizado, hasta 100.000€, el importe invertido en cuentas y depósitos. No obstante, si una gran masa de clientes pidiera el reintegro de su dinero, esta cantidad deja de tener validez puesto que las arcas del Fondo de Garantía de Depósitos tienen 6.500 millones de euros frente a 1,1 billones de euros pertenecientes a familias y empresas, que hay actualmente en cuentas corrientes y depósitos a plazo en España.
Pero, incluso, descartando la posibilidad de pánico, conviene otra vez recordar que acabar en el Fondo de Garantía no es ningún “chollo” ya que puede pasar mucho tiempo hasta que recuperemos nuestro dinero (la rapidez operativa no es, precisamente, lo que caracteriza a la Administración) y, además, olvídese de los intereses que le prometió la entidad quebrada.
Y aquí encontramos, desde nuestro punto de vista, la ventaja fundamental de los fondos de inversión, además de las conocidas de mejor tratamiento fiscal y total disponibilidad del dinero: el patrimonio gestionado en fondos de inversión es siempre propiedad del partícipe puesto que no se encuentra en el balance de ningún banco o caja mientras está invertido, al contrario de lo que pasa si optamos por un depósito. O lo que es lo mismo: si una entidad bancaria quiebra, el dinero de nuestros depósitos se esfuma, mientras que el invertido en fondos de inversión, al ser propiedad del partícipe, no se ve afectado por la quiebra.
Aclarado esto, cierto es que existe el fondo de garantía de depósitos, que evita que fluya el pánico pero, como en todas las medidas de urgencia, existen muchas variables por definir: ¿en qué plazo recuperaría el dinero depositado?, ¿el Estado pagaría los intereses de demora? O, sin ir más lejos, ¿va a haber dinero en las arcas del Estado para devolver a todos los depositantes sus cantidades invertidas después de los enormes déficits en los que están incurriendo para salvaguardar las economías en su conjunto?
En un principio, los fondos registrados/domiciliados fuera de España (en el caso de Luxemburgo, serían aquellos cuyo código ISIN empiece por LU), podrían ser una solución a nivel de protección en caso de corralito. El problema podría venir en que al haber sido contratados a través de un comercializador español (cualquier entidad financiera que opere en España y supervisada por tanto por el Banco de España), en caso de corralito, el gobierno podría decretar la paralización de todas las inversiones, es decir, si bien no debería perderse el dinero ni su valoración, probablemente se congelaría cualquier posibilidad de reembolso total.
De todos modos habría que ver la posibilidad en tal caso de traspasar dicho fondo, al igual que cualquier otro valor internacional, a otra entidad extranjera..., aunque veo difícil que el BdE y el gobierno permitieran cualquier tipo de fuga de capitales...
La solución sería abrir cuenta directamente en dichos países, teniendo en cuenta, eso si, el coste de movilización del dinero a Luxemburgo, por ejemplo. De todos modos, antes de precipitarse y adoptar decisiones de las que pudiéramos acabar arrepintiéndonos, lo consecuente sería pedir asesoramiento y consejo profesional al respecto. Pues cada caso puede tener su casuística diferente.
P.D !Ojo! aclarar que a corto plazo la renta variable si tendría alto riesgo de caída pero luego sería el mejor lugar para recuperar el poder adquisitivo. Ejemplo: Analizando la quiebra del sistema argentino se observa que el inversor en bonos del estado argentino durante el año 2001 perdió el 70% de su ahorro y no lo ha vuelto a recuperar, mientras que el inversor de renta variable, inicialmente perdió un 60% en ese mismo año para luego no sólo recuperarse rápidamente , sino multiplicar por 9 su inversión en tan sólo 5 años. El bono argentino sigue aproximadamente en el mismo precio que marcó en el primer momento de la crisis.Mas ejemplos aquí Página 12 y 13
Otro artículo recomendado: Si España saliera del Euro, ¿que españoles lo pasaría peor y quienes mejor?
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