Un estudio hecho en los países nórdicos , demostró que las personas que invierten en bolsa no son los que más dinero tienen, sino lo más inteligentes.

"Por extraño y paradójico que le parezca: La renta variable es el activo-a largo plazo-más rentable y menos arriesgado".Francisco García Paramés

La clave en el mundo de las inversiones está en la PACIENCIA, como decía un inversor value "Más vale hacerse rico despacio que pobre rápidamente" .

Todo llega para quien sabe esperar.Nunca te des por vencido, las grandes cosas llevan tiempo.

‎ "Yo me fío más de cómo maneja la economía una familia que se juega el pan o un empresario, que se juega la ruina, que un grupo de señores que, cuando quiebran un país, se van a su casa, reciben seis cargos públicos o privados y se dedican a dar discursos."Daniel Lacalle

Los seres humanos observan que hoy en día las carreteras, los hospitales, las escuelas, el orden público, etc. etc., son proporcionados en gran (sino en exclusiva) medida por el estado, y como son muy necesarios, concluyen sin más análisis que el estado es también imprescindible. No se dan cuenta de que los recursos citados pueden producirse con mucha más calidad y de forma más eficiente, barata, y conforme con las cambiantes y variadas necesidades de cada persona, a travésdel orden espontáneo del mercado, la creatividad empresarial y la propiedad privada.Jesús Huerta de Soto

Comprar cuando la bolsa baja y vender cuando sube es difícil porque va en contra de la naturaleza humana: en los últimos 3.000 años, cuando el vecino de al lado salía corriendo o gritaba "fuego", ha resultado rentable salir corriendo también. De ahí que cuando la bolsa sube nos dan ganas de comprar, y cuando baja nos dan ganas de vender, por una simple cuestión de biología.

¿Pero es que no os dais cuenta que todas las injusticias y toda la corrupción proviene de lo "publico"?‏



jueves, 3 de marzo de 2011

La crisis y la pobreza

por Gabriela Calderón de Burgos

Gabriela Calderón es editora de ElCato.org, investigadora del Cato Institute y columnista de El Universo (Ecuador).

Guayaquil, Ecuador— Hace dos años escribí un artículo acerca del libro Cuatro décadas que cambiaron nuestro planeta de Johan Norberg1, en el cual el autor nos recordaba el progreso humano que el mundo había experimentado entre 1960 y 2005. En diciembre de 2008 —cuando la crisis financiera mundial estaba en todo su apogeo— una minoría sostenía que la globalización había logrado una prosperidad sin precedentes en la historia de la humanidad. Muchos, como el Premio Nobel Joseph Stiglitz, decían que “La crisis de Wall Street es para el mercado lo que la caída del muro de Berlín fue para el comunismo”.2

De ser cierto ese fatalismo, las conclusiones optimistas del libro que Norberg escribió a mediados de 2008 (con datos de 2005) deberían haber sido desmentidas con datos más actuales, en los que veríamos un mundo más pobre o con una reducción de pobreza más lenta. Pero eso no es lo que encontramos en el estudio de Laurence Chandy y Geoffrey Gertz, publicado en enero por la Brookings Institution.3

Chandy y Gertz dicen: “Calculamos que entre 2005 y 2010, el número total de personas pobres alrededor del mundo cayó en alrededor de 500 millones de personas, de más de 1.300 millones en 2005 a menos de 900 millones en 2010”.

Luego concluyen: “Una reducción de pobreza de esta magnitud no tiene parangón en la historia: nunca antes tanta gente ha dejado la pobreza a lo largo de un periodo tan breve”. Eso dicen de un periodo de seis años que incluye la crisis de los alimentos (2008) y el supuesto “colapso del capitalismo” (2008-2009).

El economista Jeffrey Sachs se lamentaba en septiembre de 2010 que como los países desarrollados no cumplían con sus promesas de aumentar la ayuda externa, no se iban a poder cumplir los Objetivos de desarrollo del Milenio de la ONU para 2015, principalmente aquel de reducir a la mitad la pobreza entre 1990 y 2015.4 No obstante, los datos actualizados de Chandy y Gertz indican que esa meta se cumplió en 2008, dos años antes de que Sachs culpara a los países ricos de un potencial fracaso. Además, las proyecciones indican que para 2015 el mundo habrá reducido a la mitad la pobreza nuevamente (de 20,8% de la población mundial en 2008 a alrededor de 10%).

Ni la crisis de alimentos de 2008 ni la crisis financiera mundial han podido borrar el impresionante progreso de la última década. El Banco Mundial concluyó que unos 64 millones adicionales de personas seguirán en la pobreza debido a la crisis. No obstante, compare eso con los casi 500 millones que salieron de esa situación y el saldo de la década sigue siendo muy positivo. Y no se puede negar que eso ha coincidido con la creciente liberalización de las economías, particularmente de dos gigantes donde se ha concentrado la reducción de pobreza: China e India.

Durante mucho tiempo se debatió si para reducir la pobreza había que enfocarse en el crecimiento o en las políticas de redistribución del ingreso. Pero los autores concluyen que hoy, afortunadamente, hay un amplio consenso de que el crecimiento económico debe ser el objetivo central de una política para reducir la pobreza.

Este artículo fue publicado originalmente en El Universo (Ecuador) el 3 de marzo de 2011.

Referencias:

1. Norberg, Johan. Cuatro décadas que cambiaron nuestro planeta. ElCato.org. Diciembre de 2008.

2. Entrevista a Joseph Stiglitz. “La crisis de Wall Street es para el mercado lo que la caída del Muro de Berlín fue para el comunismo”. El País. 21 de septiembre de 2008.

3. Chandy, Laurence y Gertz, Geoffrey. “Poverty in Numbers: The Changing State of Global Poverty from 2005 to 2015”. Brookings Institution. Enero de 2011.

4. Sachs, Jeffrey. “Pool Resources and Reinvent Global Aid”. Financial Times. 20 de septiembre de 2010.

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