La psicología del ser humano es muy curiosa: nos consideramos y autoproclamamos homo-sapiens, porque somos gente inteligente y que piensa, pero muchas veces nuestro comportamiento difiere mucho de esta visión. Todo el mundo sabe que la Bolsa es un juego muy tonto que consiste en comprar barato y vender caro, pero… ¿es posible que el inversor particular esté haciendo justamente lo contrario?
Hace ya tiempo que observo como los clientes que más mueven sus carteras son los que peores rentabilidades obtienen. Cuando el mercado sube, a las pocas semanas te llaman para decirte que quieren aumentar su exposición; cuando baja, enseguida venden y se refugian en un depósito. Los mismos que salieron masivamente de los fondos de Renta Variable en el año 2008 corren ahora en el 2011 a comprar un 50% más caro aquellas mismas empresas que vendieron unos años atrás.
La razón de este extraño comportamiento se me escapa. ¿Volveríamos a comprar nuestra casa de vacaciones dos años después de haberla vendido un 50% más barata? o acaso ¿la venderíamos si 6 meses después de haberla comprado nos ofrecen un 30% menos? Entonces ¿por qué hacemos esto mismo cuando compramos y vendemos Fondos de Inversión, acciones u otros productos financieros?
Dicen los rumores que un gran banco de inversión alemán, cuyo nombre prefiero no recordar, decidió utilizar esta realidad en beneficio propio. ¿No sería incalculablemente valiosa una información que nos permitiese prever el comportamiento de los mercados? ¿Qué hizo? Llevar una estrategia contraría a la que seguían sus clientes. Si el cliente vendía, ellos compraban, y si el cliente compraba, ellos vendían. No podemos saber si estos rumores son realidad o ficción, pero lo que sí sabemos es que si dicha entidad hubiera seguido esta estrategia seguramente habría obtenido grandes beneficios.
No obstante, creo que los inversores están siendo “ayudados” por gran parte de los que nos ganamos la vida en estos mercados. Mucho se ha hablado de la negativa influencia de los periodistas, con sus grandes titulares que confunden al inversor particular… pero en realidad todos somos parte de esta gran trama que acaba con el inversor particular perdiendo dinero.
Como los asesores, que cuando los mercados han bajado significativamente y las oportunidades de compra afloran en los mercados nos mantenemos callados esperando a que vengan tiempos mejores. Buscamos no perder al cliente y no somos capaces de llamar para explicarles porqué puede que sea el momento de invertir. Si pensábamos que en una situación concreta Telefónica era una buena compra en 18€, lo será aún mejor si baja a 15€. Por el contrario, cuando las cosas van bien, somos los primeros en proclamar a los cuatro vientos nuestros resultados provocando involuntariamente una subida de la euforia inversora.
Los comerciales/vendedores de producto son otra de las variables que influyen en el proceso inversor, ofreciendo siempre el producto de moda, que casualmente es el que mejor lo ha hecho en los últimos meses y, con toda probabilidad, el que les genera una comisión mayor. Hace tiempo se hablaba de los BRIC y de Europa del Este; más tarde, con las caídas de los mercados, fueron los fondos monetarios; después los bonos y fondos convertibles. Hasta hace poco eran los fondos de Renta Fija Emergente y, en la actualidad, parece que todo lo que no sea invertir en Renta Fija ligada a la inflación es peder el tiempo. Por mucho que nuestra querida Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) nos obligue a poner en todos los folletos de productos financieros la ya celebre frase “rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras” parece que no hay argumento de venta con más gancho.
Por norma general los profesionales tendemos a ver pronto las recuperaciones en la economía y no frenamos la euforia del pequeño inversor, que quiere poner todo su dinero en el fondo que más ha subido. Evidentemente, nuestra labor no es fácil porque, aunque algunos de nuestros clientes no se lo crean, no hay nadie, ya sea gestor, asesor, Buffet o Paramés, que sepa realmente que va a pasar mañana en los mercados.
Por todo ello, aunque no podamos hacer una predicción sobre cuál va a ser el valor con el que ganar más dinero este año, lo que sí podemos hacer es dar algunos consejos básicos que ayuden al inversor final a intentar no ser siempre el que pierde dinero en estos mercados:
Planifique su inversión en función del horizonte temporal y de los riesgos que pueda asumir.
Entienda siempre los productos en los que invierte su patrimonio. No hace falta comprar estructuras muy complicadas para ganar dinero.
Recuerde siempre que todo el mundo está pensando en cómo ganar dinero en los mercados y, aunque todos nos creemos más listos de lo que realmente somos (dicen que el mayor éxito de Dios fue el reparto de la inteligencia, por el escaso número de quejas que ha conllevado), es muy difícil que desde tu casa seas capaz de ver algo que no estén viendo el resto de agentes que participan en el mercado.
Huya de los productos de moda. Repito: rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras.
Mida bien los riesgos, por lo menos tanto como sus probabilidades de éxito.
Búsquese un buen profesional que no le venda, le asesore. Y por favor, que este profesional no sea el comercial de la Caja de Ahorro/Banco de turno. Él no velará por su interés y sí por el de la entidad en la que trabaja, que para eso es la que le paga.
¿Inversores irracionales? Informe de Barclays Wealth
Consejero ELCANO SICAV
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